La virgen Maria es uno de los personajes de la historia mas recordados por la fe católica, y como no, pues fue ella quien bendecida por el creador concibió sin pecado a al hijo de Dios, Jesucristo. De su vida se sabe que nació en Jerusalen y desde temprana edad se caracterizo por su humildad, modestia y entrega a Dios.
Su muerte se llevo en circunstancias que al día de hoy no se ha aclarado, muchos escritores han considerado este tema entre ellos el papa san Juan Pablo segundo, El papa Pio XII, el padre Cardoso, entre otros. Todos han concluido en la tesis donde la santísima virgen Maria subió a los cielos en cuerpo y alma.
Según el dogma de la iglesia católica la Virgen Maria vivió hasta los 63-69 años de edad, su muerte o dormición se dio unos 14 años después de la muerte de Jesús. San Juan Damaceno en el siglo VII, en uno de sus escritos cuenta la historia de los últimos días terrenales de la santísima Virgen María.
«Ella murió de amor, era tanto el deseo de irse al cielo donde estaba su Hijo, que este amor la hizo morir. Unos catorce años después de la muerte de Jesús, cuando ya había empleado todo su tiempo en enseñar la religión del Salvador a pequeños y grandes, cuando había consolado tantas personas tristes y había ayudado a tantos enfermos y moribundos, hizo saber a los Apóstoles que ya se aproximaba la fecha de partir de este mundo para la eternidad.
Los Apóstoles la amaban como a la más bondadosa de todas las madres y se apresuraron a viajar para recibir de sus maternales labios sus últimos consejos, y de sus sacrosantas manos su última bendición. Fueron llegando, y con lágrimas copiosas, y de rodillas, besaron esas manos santas que tantas veces los habían bendecido. Para cada uno de ellos tuvo la excelsa Señora palabras de consuelo y de esperanza. Y luego, como quien se duerme en el más plácido de los sueños, fue ella cerrando santamente sus ojos; y su alma, mil veces bendita, partió a la eternidad.
Su entierro más parecía una procesión de Pascua que un funeral. Todos cantaban el Aleluya con la más firme esperanza de que ahora tenían una poderosísima Protectora en el cielo, para interceder por cada uno de los discípulos de Jesús.
Pero, Tomás Apóstol, no había alcanzado a llegar a tiempo. Cuando arribó ya habían vuelto de sepultar a la Santísima Madre.
Pedro, – dijo Tomás- No me puedes negar el gran favor de poder ir a la tumba de mi madre amabilísima y darle un último beso a esas manos santas que tantas veces me bendijeron.
Y Pedro aceptó.
Se fueron todos hacia el Santo Sepulcro, y cuando ya estaban cerca empezaron a sentir de nuevo suavísimos aromas en el ambiente y armoniosas músicas en el aire. Abrieron el sepulcro y en vez del cadáver de la Virgen encontraron solamente…una gran cantidad de flores muy hermosas. Jesucristo había venido, había resucitado a Su Madre Santísima y la había llevado al cielo.»
A este acontecimiento se conoce como la asunción de la Satisima Virgen Maria a los cielos, en la comunidad católica este acontecimiento se celebra el 15 de agosto. Aunque los hechos no están consignados en la biblia, la religión católica la ha tomado como verdad y creencia entre toda la comunidad.
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