ADOLESCENCIA
La adolescencia es un período de la vida que se ubica entre la niñez y la adultez, si lo tenemos que ubicar temporalmente en una edad determinada, la adolescencia comprendería más o menos desde los 13/14 años hasta los 20 años aproximadamente.
Será en este momento de la vida en el cual el individuo comprenda acerca de su capacidad de reproducción, evolucione su psiquis y donde comience a planificar y pensar ciertamente en su futuro.
Desde el aspecto físico, los cambios que comienzan a registrarse son varios. En las mujeres, se presenta la primera menstruación, comienzan a crecer los pechos, se desarrolla el vello en todo el cuerpo, las caderas se ensanchan y al estar “activo” el sistema reproductor, la mujer comienza a ser fértil (apta para procrear, tener hijos). En el hombre, los cambios son otros: se desarrolla el pene y los testículos, comienzan a experimentarse las primeras erecciones y eyaculaciones, la voz se torna más gruesa, aparece el vello en diferentes partes del cuerpo, pero sobre todo en el pecho, la cara y el pubis.
La palabra adolescencia procede del verbo latino «adoleceré», que significa crecer, aproximarse a la madurez. De acuerdo con esto, se denomina así a la etapa de la vida humana que se interpone entre «infancia» y la edad «adulta». Cronológicamente abarca de los once a los dieciocho o veinte años en las muchachas, y de los trece a los diecinueve o veintiuno en los muchachos. El objetivo primordial de la adolescencia es conquista de la propia madurez personal. Los cambios físicos que experimenta el niño en la pubertad sorprenden al propio niño, que progresivamente advierte, como si su fuerza se multiplicara y cualquier trabajo físico supone escaso esfuerzo. En este proceso de maduración mental se observa que, junto a un desarrollo para el pensamiento abstracto hay, cierta sistematización de ideas. Los sentimientos y la imaginación influyen de un modo especial sobre la vida mental, lo que contribuye al cambio y a la versatilidad de intereses y opiniones. Estos intereses responden menos a una curiosidad intelectual que a una avidez de experiencia.