La erosión hace referencia a una de las muchas secuelas que el suelo recibe en torno a diferentes aspectos a los que se ve expuesto el suelo, significando el desgaste y desnudación del mismo en torno a la tierra y las rocas que componen la superficie de la tierra.
Dichos agentes externos se encuentran directamente relacionados con el viento, el agua, el cambio climático y la fricción de otros cuerpos, conllevando al arrastramiento de materiales relacionados al contraste de la alteración y disgregación de las rocas, fenómeno que también es conocido con el nombre de meteorización.
La formación de los valles, gargantas, cañones, cavernas y mesas son producto del fenómeno de la erosión, el cual puede aumentar de nivel de manera significativa por la mano del hombre en desarrollo de diferentes actividades (ganadería, agricultura, minería) que gradualmente inciden en la alteración del cambio climático y que ocasionan desgastes en el suelo de mayor profundidad que las que generalmente deberían ser causadas por dicho fenómeno en base a factores naturales como lo es el agua y el viento.
La erosión hace parte de lo que en la ciencia se conoce como ciclo geográfico, referente a los cambios que sufre un relieve por la acción de distintos agentes, del cual se ha logrado demostrar que sobre la roca madre se ocasiona un proceso de desgaste sin reversa.
En este sentido y teniendo en cuenta que muchos son los factores que inciden en el deterioro de la tierra, se hace un llamado a la concientización del hombre para que en de cierta manera en los que está en sus manos se logre mediante el arrastre de diferentes actividades como lo es la reforestación a fin de tratar de mitigar el proceso de erosión, logrando que el mismo avance más lento. Pues bien el bienestar de la tierra significa vida.